PASARELA PEATONAL AL CASTILLO DE LA MOTA. MEDINA DEL CAMPO, VALLADOLID.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



Una de las principales características de la arquitectura del siglo XXI es construir espacios siendo muy cuidadoso y sutil con el entorno, intentando integrarse en él de una manera natural. Los proyectos que más me interesan son aquellos que se insertan en las ciudades y que una vez terminados dan la sensación de haber estado allí siempre. Varios fueron las visitas que hice a la ciudad, en las que trataba de imaginarme la propuesta construida intentando comprobar su escala, su integración con el Castillo, con la complicada topografía en la que se inserta y preguntándome si realmente resolvía el problema de la comunicación entre el castillo y la ciudad. 

El proyecto establece una comunicación rápida entre el Castillo y la Plaza Mayor ( 7 minutos, como han recogido algunos medios de comunicación). Creo que en ese recorrido, simplemente la presencia de la Plaza Mayor y del Castillo de la Mota ya le dan suficiente entidad artística al mismo, pero además en ese recorrido se encuentra las Reales Carnicerías y el potencialmente atractivo cauce del río Zapardiel. Las actuaciones urbanas más interesantes de las últimas décadas, a juicio de la crítica especializada, son aquellas que aprovechan las grandes inversiones en equipamientos o infraestructuras para recuperar para la ciudad los espacios de periferia que en el crecimiento histórico de la misma hayan quedado incompletos e inacabados. Sirvan de ejemplo las obras de la Barcelona olímpica o las zonas portuarias de los Docklands londinenses o de la ría bilbaína. En una escala, mucho más modesta, el proyecto de la pasarela elige esa localización de periferia degradada, precisamente para resolverla y dar respuesta a una de las zonas de la ciudad que han permanecido inacabadas durante décadas. 

La pasarela intenta que Castillo y Municipio se acerquen y olviden en su recorrido la presencia del tren. Me gustaría también resaltar que la escala de la pasarela, solo se percibiría desde el entorno próximo a la misma, comprobando que el impacto de la presencia del volumen de la pasarela era mínimo. A la pregunta de si este acceso tiene base histórica, me gustaría hacer la siguiente reflexión. Primero deberíamos preguntarnos cuáles han sido los accesos históricos al Castillo y a qué llamamos acceso histórico. Y también a partir de qué fecha consideramos acceso histórico, si antes o después del la aparición del ferrocarril o antes de la construcción del barrio de la Mota. Por otro lado me gustaría incidir en que muchas ciudades, como puede ser el caso de Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, han realizado proyectos que comunican de una manera rápida su precioso Casco Histórico con el resto de la ciudad a través de la inserción en su topografía de unas escaleras mecánicas, con un hermoso proyecto del estudio del arquitecto catalán Elías Torres, entendiendo que ese nuevo acceso, que no tiene base histórica, complementa y mejora los ya existentes. He intentado mantener esa misma filosofía en el proyecto de la pasarela, generando un nuevo acceso peatonal que complemente al ya existente. 

En mi opinión el acceso tradicional resuelve muy bien el acceso rodado al Castillo, pero se olvida del peatonal. Por tanto entiendo que los dos accesos son complementarios. En el S XXI, las restauraciones o actuaciones en el entorno de los monumentos históricos se suelen utilizar materiales neutros que mantenga una distancia conceptual con los materiales del propio monumento. Por esta razón se utiliza el hormigón, el vidrio y los paneles de aluminio alucobond, como materiales de acabado, que en ningún caso compiten con los materiales del propio monumento. A esto no son ajenas las actuaciones que con buen criterio la Junta de Castilla y León viene haciendo en el entorno del Castillo ya que de hormigón se ha construido el nuevo muro que delimita el recinto del Castillo. 

Ejemplos de edificios que con esta misma filosofía de trabajo actúan en la recuperación en monumentos históricos son innumerables. Me gustaría simplemente destacar por su proximidad el hermoso edificio del Museo Patio Herreriano. Por lo tanto creo que el proyecto de la futura pasarela intenta integrarse en el entorno, sin renunciar a una clara vocación de ser vanguardista, entendiendo está cómo la única actitud posible de construir nuestras ciudades. 

Vanguardistas fueron en su momento la Catedral de León, el Palacio de Santa Cruz de Valladolid, La Colegiata o el propio Castillo de la Mota de Medina del Campo y hoy las admiramos como verdaderas obras maestras. La propuesta es vanguardista en su manera de relacionarse con el entorno, en la elección de sus materiales, en el sutil y estudiado recorrido que se produce desde la entrada hasta la salida de la pasarela, en la sencillez y plasticidad de su volumetría. El edificio se proyecta utilizando como concepto la austeridad en el número de materiales empleados pensando en no competir ni rivalizar con el Castillo, ayudando a que se produzca una lectura clara entre el monumento existente y las nuevas obras.


DATOS DE LA OBRA.
Situación
Calle Isabel la Católica c/v Fernando el Católico, Medina del Campo, Valladolid.
Concurso de ideas
Primer Premio. 2006.
Fecha del proyecto
2008.
Arquitecto     
José Antonio Lozano García
Promotor
Ayuntamiento de Median del Campo, Vallaodlid.
Presupuesto total
1 162 003,98 Euros.
Superficie construída
594,28 m2